Nunca hay que bajar la guardia ante posibles microorganismos que puedan afectar negativamente a nuestro organismo o a nuestra salud. Debemos recordar siempre que no sólo es necesario desinfectar habitualmente nuestras manos, si no que también debemos mantener limpio el entorno con el que nos relacionamos a diario (Superficies, utensilios, aparatos, maquinaria, etc).
Recuerda además, que durante todo el proceso de limpieza y desinfección, es importante tomar las medidas adecuadas para proteger nuestra piel y nuestras vías respiratorias con guantes y mascarilla, ante determinados productos y ventilando debidamente el espacio, sobretodo si es reducido.
Desinfectar
Para comenzar, una de las formas más simples y cotidianas de higienizar cualquier superficie es con agua y jabón, aunque no debemos olvidar que este método no es 100% efectivo para una limpieza profunda ya que pueden quedar bacterias. Como procedimiento de apoyo, podemos desinfectar con productos un poco más fuertes diluidos en agua, ya sea alcohol, lejía o agua oxigenada. La lejía es el compuesto más habitual en estos casos por su alta eficacia en la eliminación de hongos, virus y bacterias.
No olvides limpiar y desinfectar las áreas y objetos más concurridos durante el día, ya que los microorganismos suelen transmitirse principalmente a través de estos, por ello, es imprescindible una higiene habitual de los mismos (Móviles, ordenadores, controles, pomos, interruptores, encimeras, etc). Este tipo de elementos siempre es mejor limpiarlos con alcohol isopropílico, toallitas o directamente con un paño húmedo.
La cocina y el baño son dos de las zonas donde mas bacterias se acumulan durante el día y donde es más fácil que estas puedan transmitirse. Los desinfectantes habituales para estos espacios son la lejía y el amoniaco, siempre POR SEPARADO, ya que mezclarlos podría provocarnos una grave intoxicación por gases. Otro recurso menos contaminante para higienizar y eliminar gérmenes y microorganismos sin productos químicos, son las máquinas de vapor a altas temperaturas.
El aire
En la atmósfera de nuestro hogar suelen acumularse particulas de todo tipo que son difíciles de ver a simple vista (polvo, ácaros, pelos, polen, moho, etc.). Por ello, también es importante asegurar la calidad del oxigeno dentro de nuestra casa, ya que pasamos gran parte del día en ella. Los purificadores de aire son una buena herramienta para eliminar cualquier agente tóxico que pueda afectarnos. Una de sus ventajas es que estos aparatos al limpiar el aire, también ayudan a que se acumule menos suciedad en nuestro hogar por lo que a su vez, nos ahorra esfuerzo. Asimismo, los dispositivos como los deshumidificadores sirven para eliminar la humedad del ambiente, evitando la proliferación de hongos, la aclimatación de microbios y disminuyendo el tiempo de supervivencia de posibles virus en el aire. Este tipo de sistemas es altamente recomendable en personas con problemas respiratorios o con alergias, para poder respirar mejor inhalando oxígeno más fresco y sobretodo, limpio.
Esperamos que esta información haya servido de ayuda para proteger tu hogar de bacterias y microorganismos y mantenerlo siempre en perfecto estado.
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